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Encontrándose con una crisis notoria y dificultades varias en lo económico, Argentina se encuentra –a ya 94 días de receso-, intentando encontrar el camino de salida de la cuarentena paso a paso. A pesar de las críticas expresadas por la sociedad, las medidas tomadas hasta el momento han posicionado al país entre los 11 mejores en el control de la pandemia a nivel mundial.
La mayor cantidad de casos de coronavirus – y sin precedentes-, fue registrada estos últimos días en Buenos Aires, convirtiendo a la provincia en la más afectada a pesar de ser la que mayor restricciones mantiene hasta la fecha. Pero luego del último discurso presidencial – en conjunto con el gobernador de Buenos Aires y el Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires- anunciando la extensión de la cuarentena para determinados sectores territoriales hasta finales del mes de Junio, la comunidad se hizo oir en las quejas.
Primero, en cuanto la centralización sobre Buenos Aires como parámetro del avance de la pandemia y/o su tratamiento, cuando en varias provincias del resto del país, se ha logrado el reporte cero de nuevos casos y esto supone un abordaje exitoso de la situación actual. Al menos en lo que respecta al manejo hacia adentro de cada una de las provincias. Segundo, porque las medidas se están anunciando cada 15 días y pareciera que no hacen más que prolongarse, generando una incertidumbre general sobre el futuro y la manera de volver – si fuera posible-, a la rutina regular para todas las personas.
Jujuy, Salta, Catamarca, La Pampa, San Luis, Chubut (solo por nombrar algunas provincias que están en mejor situación que Buenos Aires), muestran ya sus avances y por ello han procedido por ejemplo, a abrir rutas interprovinciales y espacios públicos de ocio. Lo mismo que con los lugares de trabajo presencial.
El parámetro propuesto por el gobierno nacional para que cada territorio provincial vaya considerando la situación interna y arbitrando los recaudos necesarios, se basa en el número de casos que reportaren en un plazo específico. Esto determinaría la fase en la que se encuentra cada una (yendo de la “1” como la más crítica hasta la “5”), hasta el eventual levantamiento de medidas. El presidente de la Nación fue firme, sin embargo, en la posibilidad de volver a fases anteriores si de los testeos preventivos o el reporte oficial, surgiera que un determinado territorio presenta más casos que antes.
De hecho, la alerta roja en que Buenos Aires se mantiene aún, se debe a que las estadísticas no paran de crecer en cuanto a las personas infectadas y a las muertas. En el término de un mes, en Argentina el número de casos alcanzó las cifras totales de 47.216 y 1.085 respectivamente, sin dejar de mencionar que casi el 90% provienen de Buenos Aires (21700 casos) y de Ciudad Autónoma de Buenos Aires (20790 casos). (Disponible en: Reporte Diario Matutino - Argentina.gob.ar)
A pesar de todo esto, en mi opinión, la forma en que el gobierno nacional está intentando ser receptivo de la demanda social, muestra una conciencia justa sobre el impacto de la cuarentena en la vida de las personas. Me sigue preocupando, sin embargo, la reacción de la sociedad bonaerense y porteña en cuanto al acatamiento de las medidas y el cumplimiento de las órdenes instadas. El virus continúa expandiéndose, pero la gente camina por las calles como si fuesen días “normales”, sin mencionar que se reúnen “en secreto” (esto no incluye a las redes sociales, desde ya), y aún más preocupante es verles sin usar barbijo siquiera. Creo firmemente en que hay una falta absoluta de entendimiento de las responsabilidades y deberes a nuestro cargo, y que resulta más simple criticar al gobierno sobre la gestión de crisis sin mirarnos hacia adentro primero. Esto es algo típico argentino. Ello no sin reconocer que es cierto el hartazgo general respecto del encierro y del cese de actividades.
Seré optimista a pesar de las dificultades que Argentina está transitando, porque siempre la noto de pie e intentando no caer en picada. La mención de hitos relevantes en este contexto, puede ayudar a aligerar el peso que tenemos actualmente sobre nuestros hombros:
Concluyendo: Argentina se muestra cautelosa para decidir sobre los siguientes pasos para atravesar la pandemia. Es resaltable, sin dudas, el esfuerzo del Gobierno nacional para mantenerse en la mejor línea posible pero al mismo tiempo, no pareciera que esta misma situación actual – al menos para Buenos Aires y Ciudad Autónoma-, se pueda sostener mucho tiempo más. Es necesario alcanzar una posición unificada entre quienes consideran que la cuarentena es la única opción por ahora y quienes no; lo cierto es que la sociedad no se encuentra cómoda, y se nota. La oposición política al partido en el gobierno de turno, no deja de generar mayores presiones a las ya a cargo, especulando con las vicisitudes y ello no ayuda en lo más mínimo a la contención social.
Hay una única verdad y es que los números no mienten. Este dato debería ser tomado como la principal razón de apoyo a las líneas de trabajo que se planteen por delante y más allá que Argentina presenta una de las cuarentenas más largas del mundo en comparación con gran parte de los países que tomaron medidas similares, el registro hasta el momento da saldo favorable y en el mejor de los casos, visto desde afuera el día de mañana, podremos sentir que todo ha valido la pena.
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Dr. Marina Bentez Demtschenko is a lawyer specialising in promoting women rights in the digital era and the study of ICT law with a gender-sensitive ...
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